Un mensaje de FRATERNIDAD

Desde los años 30 del Siglo XX, y hasta principios de los 60, en el Barrio Chino de La Habana se editó la Revista Bilingüe FRATERNIDAD, voz oficial de la Asociación de Detallistas del Comercio de la Colonia China de Cuba.
En el año 2000 se logró rescatar esta publicación, que ahora tuvo una vida demasiado efímera, aunque se logró publicar suficientes materiales relacionados con la historia, la cultura y la actualidad de la Comunidad China de Cuba.
Lamentablemente, en el 2006, volvió a desaparecer.
AHORA INTENTO RESCATAR EL ESPÍRITU DE CONFRATERNIDAD DE AQUELLA PUBLICACIÓN.

martes, 10 de junio de 2014

Ecos del Centenario del Casino Chung Wah



Corre el año 2014 y para la Comunidad y el Barrio Chino tuviera una significancia de notar si no hubieran ocurrido algunos acontecimientos, que, solo ahora, al paso de varios años, podemos analizar con alguna frialdad, si es que esta es posible ante la indolencia y la desidia.

Hace poco más de 20 años, en 1993, se festejó el centenario del Casino Chung Wah, por aquel entonces una sociedad más y de carácter provincial. Para presidir la Comisión Organizadora se nombró al director del quincenario Kwong Wah Po, al periodista y maestro Héctor Fung. Entre otros retos estaba lograr un líder que favoreciera el desarrollo de la casi invisible Comunidad China y, de ese modo, convencer a las autoridades cubanas para realizar un proceso eleccionario.

Creo conveniente aclarar algo. Durante alrededor de unos 20 años, la presidencia del Casino Chung Wah fue ejercida por el ya desaparecido Alfonso Yaffle Chao Chiu, quien al momento de asumir, (por ausencia permanente del anterior, Rufino Chang, que retornó a China), era secretario de la Junta. En esos largos años no fueron pocas las veces que los directivos comunitarios intentaron ejercer su derecho al voto, siempre con la negativa del órgano de relaciones, en este caso la Dirección de Asociaciones del Ministerio de Justicia.

Pues bien, en el año 1993, surgió esa posibilidad. Para la realización de los festejos por el Centenario del Casino se creó una inmensa Comisión Organizadora. Miembros de la comunidad que había ocupado cargos importantes en diversas instituciones del estado cubano, formaron parte de ella. Festejamos una semana, danzamos el León Chino y por primera vez en Cuba, un Dragón de 18 metros evolucionó por las calles Dragones, Zanja, Amistad y Lealtad, todas del municipio de Centro Habana. Pero el liderazgo presentó algunas debilidades y una parte de los propósitos se perdieron.

Sin embargo no todo fue malo, al contrario. Ese proceso permitió acercar a miembros de la Comunidad con inquietudes y verdaderos deseos de revalidar el papel de los chinos en la formación de nuestra nacionalidad e identidad cultural.

Es por ello que un pequeño grupo de chinos y descendientes se reunieron en una amplia mesa de la Sociedad Hong Men Min Chih Tang y acordaron crear una institución que contribuyera a rescatar valores y tradiciones que los chinos trajeron a Cuba. Surgió el Grupo de Estudio y Desarrollo de la Comunidad China, que poco después pasó a ser el Grupo de Estudios Multidisciplinarios, que más tarde buscaría una vía sociocultural, al proponerse como sociedad de perfil cultural, quedando en la práctica como Grupo Promotor del Barrio Chino de La Habana, constituido en empresa estatal autofinanciada en el mismo año de 1994.



El camino fue difícil. Tal y como dijera Martí, a las estrellas no se llega por caminos llanos. La incipiente idea enfrentó un largo proceso burocrático, decenas de reuniones a distintos niveles, incluido altos niveles, por intermedio del fallecido general de brigada Moisés Sio Wong, en aquel entonces Jefe del INRE (Instituto Nacional de la Reserva Estatal, subordinado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias).

Pero llegó el momento en que en sesión del Consejo de la Administración Provincial de La Habana, fue aprobada la creación de la entidad y acordado que, diferentes espacios comerciales de la calle Cuchillo de Zanja, ya convertido en bulevar desde principios de la década de los 80’s, pasaran a la custodia de la nueva institución estatal.

Ese fue el resultado de un constante trabajo. En ocasión de la Fiesta de Primavera o de Advenimiento del Nuevo Año Lunar, decenas de chinos y descendientes se reunieron en Cuchillo para comercializar productos alimenticios de la cocina china. Reaparecieron entonces las maripositas chinas (wonton), el arroz frito, las tapitas y el pao, que es una especie de pan relleno cocinado al vapor. Igualmente revivieron algunas verduras y vegetales como la acelga, los frijolitos chinos y el jengibre.

Esta fiesta comercial, para llamarla de algún modo, se mantuvo un buen tiempo y fue el principal sostén financiero del Grupo Promotor durante un par de años.

De otros aspectos de esta interesante historia hablaré en otros artículos, durante el mes de junio.

martes, 3 de junio de 2014

El 3 de Junio de 2014, 167 años después...

Aunque no acostumbro a publicar muchas fotos, hoy quiero mostrar como nuestra escuálida Comunidad China festejó el aniversario 167 de la primera llegada masiva de Chinos a Cuba, hecho acaecido el 3 de Junio de 1847.











 
 





Y hasta aqui por hoy.

lunes, 2 de junio de 2014

El 3 de Junio, un día memorable



Hoy es 3 de Junio y hace exactamente 167 años, un grupo de chinos miraban asombrados las altas murallas del Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro. En sus rostros cansados asomaba un destello de esperanza: se harían ricos en poco tiempo, o eso, al menos les habían dicho los enganchadores. La realidad, cruda y cruel, les llegó al pisar tierra cubana, no fueron a grandes mansiones o palacios, sino a los barracones de huidos y cimarrones que la Real Junta de Fomento poseía en el muelle de Regla.

Esos chinos llegaron al puerto de La Habana, en el bergantín español Oquendo, eran 206 seres, poco parecidos a unos humanos, después de un azaroso viaje, sin condiciones higiénicas, mal alimentados… Despojos “contratados” para la agricultura colonial cubana. El negocio estaba sustentado en la amplia experiencia de los británicos con los llamados culíes, en sus colonias del Mar de las Antillas. En Cuba, la Real Junta de Fomento conoció de este tráfico de fuerza de trabajo y en 1844 envió un agente a China. No es necesario decir que la Real Junta recibió informes favorables. Por esa razón, uno de los más ricos hacendados y esclavistas cubanos, Julián de Zulueta y Amondo, presentó el proyecto para financiar la introducción de chinos, y de paso, como quien no quiere las cosas, ayudar en la noble tarea de blanquear la población pobre de Cuba, muy cargada de negros. El negocio, doble ganancia para los negociantes, lo hace con la firma que posee su hermano Pedro de Zulueta en Londres. Los finos ingleses contactan con la Casa Matía Menchacatorre, de Manila, y a la Tait and Co, empresa establecida en el puerto de Amoy, y ya especializada en el comercio de culíes, desde una serie de barracones y depósitos construidos en aquel puerto chino desde mucho antes. Los que vendrían a Cuba eran depositados en nuevos barracones, solo construidos un año antes, en 1846.

Desde su entrada a Cuba, los chinos sufrieron abusos y discriminación. Esas condiciones de vida, unido a la natural rebeldía y el orgullo de una nación con una historia milenaria, facilitó su incorporación a las luchas por la independencia y la sociedad en gestación.

Hoy día su incorporación a la sociedad cubana es plena, sin rechazo. Los miembros de la Comunidad China más extraña del mundo, los chino cubanos, hemos logrado mantener vivas nuestra herencia, nuestras tradiciones. Y si digo que somos la más extraña de las comunidades es porque la gran mayoría , más del 80 por ciento, está formada por descendientes de distintas generaciones, siempre negados a perder la cultura de la somos portadores.