

La presencia china en las huestes libertarias ha
quedado recogida en múltiples documentos y relatos de las tres guerras. Hay que
mencionar al teniente coronel José Bu, llamado en chino Bu Tack y al capitán
José Tolón, Lai Wa. Bu Tack y Tolón se ganaron el derecho, concedido a solo
cuatro extranjeros, a aspirar a la presidencia de la naciente República, por el
artículo 65, según expresara Juan Jiménez Pastrana en su libro “Los chinos en
la historia de Cuba. 1847-1930.” Los otros fueron Máximo Gómez y Carlos Roloff.
Tanto Martí, como los chinos que lucharon en las
Guerras de Independencia, fueron exponentes de la humildad y sencillez que
caracteriza a los verdaderos héroes. Nuestro José Martí nunca ostentó grandes
títulos, no fue presidente ni secretario general del Partido que fundara, sino
solamente el Delegado, ni aún el único delegado, pues en Cuba ese mismo cargo
lo ejercía Juan Gualberto Gómez, su hermano negro. Martí era delegado
para Cayo Hueso, Tampa y Nueva York. Más aún, al desembarcar en la Playita de
Cajobabo, el 11 de abril de 1895, solo tenía una credencial: corresponsal del
periódico Patria. Antes había renunciado a su cargo, el que en ése momento
ostentaba Don Tomás Estrada Palma.
Ni decir que los chinos nunca aspiraron a la
presidencia de Cuba ni a ningún cargo público. Bu Tack fundó una sociedad
patronímica para ayudar a sus compatriotas al finalizar la guerra e iniciarse
la vida republicana, la Sociedad On Teng Tong, aun vigente en el Barrio Chino
de La Habana.