Corría el año 1995 y un grupo de chinos y
descendientes se daba a la tarea de rescatar artes, tradiciones y prestigio a
una comunidad estigmatizada por mucho tiempo. La calle Cuchillo de Dragones, en
pleno corazón del casi invisible Barrio Chino de La Habana, se llenaba poco a
poco de ojos rasgados, verduras renacentistas y olores guardados en lo más
recóndito de la memoria.
Uno de estos descendientes, procedente de una familia
de gran renombre en la Comunidad China, Carlos Alay Jo, se dio a la tarea de
crear, (por supuesto de la nada) un restaurante de participación familiar, al
que algunos quisieron denominar con el nuevo nombre de paladar, pero que nunca
tuvo ese criollo estilo surgido en los noventa cubanos. Surgió el Restaurante
Guang Zhou, en la misma esquina que en los años 50 del siglo 19, existió el
famoso Café de Genaro y, aun sin comprobar, la ubicación de una de las primeras
fondas chinas de Cuba, allá por los años 1880 y pico.
Desde hace mas de 20 años, que tampoco son nada aunque
lo parezcan, esta familia ha ido dejando su huella en el paladar habanero y por
qué no, de otras latitudes también, pues cientos de turistas que visitan
nuestra ciudad acuden a probar sus deliciosas ofertas chino cubanas.
Preguntado en una ocasión para la desaparecida revista
Fraternidad, Carlos Alay, respondió así: “Comienza con la idea de rescatar y
mantener las tradiciones culinarias de los chinos de Cuba. Y se dice así porque
eran tradiciones de los chinos que emigraron a Cuba y no las que ellos
mantenían en su país. La razón de esta diferencia está dada porque tuvieron que
adaptarse a los ingredientes que existen en Cuba, que no son los mismos que hay
en China. De ahí que la podemos definir como cocina chino cubana.”
El nombre proviene de la capital de la provincia china
de Cantón (Guang Dong), región natal de la madre de Carlos, quien se remitió a
un antiguo refrán chino:
“Si
quieres comer buena comida, ve a Guang Zhou.”