Un mensaje de FRATERNIDAD

Desde los años 30 del Siglo XX, y hasta principios de los 60, en el Barrio Chino de La Habana se editó la Revista Bilingüe FRATERNIDAD, voz oficial de la Asociación de Detallistas del Comercio de la Colonia China de Cuba.
En el año 2000 se logró rescatar esta publicación, que ahora tuvo una vida demasiado efímera, aunque se logró publicar suficientes materiales relacionados con la historia, la cultura y la actualidad de la Comunidad China de Cuba.
Lamentablemente, en el 2006, volvió a desaparecer.
AHORA INTENTO RESCATAR EL ESPÍRITU DE CONFRATERNIDAD DE AQUELLA PUBLICACIÓN.

jueves, 24 de octubre de 2013

Ayer fue 23 de octubre



Un día memorable que pasó desapercibido para aquellos que le deben lo que tienen hoy. El Barrio Chino de La Habana, y por ende, todos los miembros de la Comunidad China en Cuba y sus asociaciones, disfrutan beneficios y opciones que, 30 años atrás, les estaban vedadas.

Ni en La Habana, ni en otra parte de esta bella ínsula, se recordó la fecha. Sencillamente, los que deben promover su celebración, o lo ignoran o lo olvidaron hace tiempo.

La mayoría de los que hace 30 años, dimos el primer paso de este andar difícil, ya no están. De sus nombres no recuerdo todo, pero, hay q  ue mencionarlos: Simanca, el viejo Salas, Claudina, (la madre de las actuales Anacaonas), Isabel, (que fue directora municipal de Cultura en Centro Habana, Noel Villa, Mario Soy On Lee, Abuela que en realidad era Manuel Tang, Kalok (cabeza en la foto), Chi Gen (Lei Wui), Alfonso Chao (presidente del Casino Chung Wah de entonces)…

De los que quedan vivos, no todos siguen activos. Justo Kuok (médico 3ro de izq. a der.), no participa de las actividades y Rosa Jo, no tiene buena salud. Seguimos en lo nuestro Carlos Alay (1ro) y yo, Julio G. Hun (2do y foto con el León) y, Ernesto Alay, (4to) ocasionalmente.


Ayer fue 23 de octubre y estuve esperando para saber si alguien se había acordado. Es triste, dicen que tras las glorias se olvidan las memorias y en este caso, es cierto.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Con la suerte del León, 30 años después.



Cientos de habaneros miraban asombrados la esquina de Galiano y Virtudes. Un grupo  chinos y descendientes cubanos vestían ropas extrañas, llevan un raro muñeco con un cuerno y una larga cola, un misterioso tambor, nada parecido a los de las fiestas africanas, ruido de platillos y gongo. Al parecer todo una confabulación, y en realidad eso era: una confabulación, pero de arte y tradiciones.

La Galería de Arte de Galiano servía de sede a un evento inusual en el mundillo cultural de la ciudad. Por primera en 20 años, La danza del León Chino, mal llamada aquí como del Dragón, volvía  las calles, después de su última aparición en los carnavales de 1961. La casi desaparecida Comunidad China, salía del ostracismo ocasionado por el enfriamiento de las relaciones entre Cuba y China, por el alineamiento antillano a la política de la entonces Unión Soviética.

Ese día, el domingo 23 de octubre de 1983, mientras millones de cubanos disfrutaban en la Tanda del Domingo de la cinta “2001, una odisea del espacio”, algunos cientos de habaneros, caminantes, viajantes de algún ómnibus casual, vieron los movimientos del León Chino, escucharon el tam tam del tambor y la estridencia de unos platillos, ya enumerados todos en el patrimonio de un museo que aún hoy, octubre de 2013, no existe.

Hace 30 años, después de un largo proceso de investigación, convencimiento, dialogo, se logró iniciar las labores de rescate de los valores tradicionales y culturales que los chinos trajeron a Cuba, con sus alforjas de sueños y esperanzas, y que indeleblemente quedaron en la nacionalidad y la identidad cultural cubana.

Manuel Tang, (Abuela por su personaje en la ópera tradicional); Ley Wu, (conocido por Kalok Chi Gen y fundador de la Sociedad de Cultura Física Chi Mut Jay Yu Wut, en los años 30) y Soy On Lee, (conocido por Mario), acompañados de Justo Kuok, Julio G. Hun, los hermanos Ernesto y Carlos Alay, fueron los protagonistas de aquel primer paso, pequeño para esta Habana multifacética, pero inmenso para lograr el reconocimiento a la importancia de la inmigración china en la formación de la cultura y la identidad cubanas.

Uno de aquellos iniciadores, ha mantenido su presencia en la vida sociocultural del Barrio y la Comunidad China de Cuba: Carlos Alay. Los maestros viven en el País de las Moreras Amarillas hace mucho tiempo y los otrora jóvenes se han dedicado a otras labores, aunque permanecen cercanos. Carlos Alay no solo fue de los primeros en las labores del rescate cultural, sino que también fue el primero en trabajar por rescatar el prestigio y las tradiciones gastronómicas y los deliciosos platos que los chinos legaron a la mesa mestiza cubana.

En el mismo lugar donde Chung Leng, (conocido como Luis Pérez), estableció en 1858 la primera casa de comidas chinas recogida en la historia, la esquina de Zanja y Cuchillo, Carlos Alay creó un restaurante de participación familiar, el Guang Zhou, que es un símbolo de respeto a las tradiciones, la comida china, el prestigio de los chinos como comerciantes… Aquí se festeja el Año Nuevo Lunar, siempre con la Danza del León, que hoy portan no aquellos que lo rescataron tres décadas atrás, sino sus hijos y quién sabe, dentro de pocos años, serán los nietos, siendo una muestra actual no solo de rescate y transmisión de tradiciones, sino también de supervivencia y resistencia cultural como portadores.
 
Hace 30 años, al León Chino empezó a regar la suerte desde su cuerno y hoy el Barrio Chino de La Habana exhibe una imagen diferente. Tres chinos, ya ancianos y cuatro descendientes, dieron los primeros pasos del León y su huella quedó hasta ahora en las calles de esta hermosa Habana, multicolor y multiétnica, que al decir de un buen amigo y cronista: amamos y padecemos.