El 8 de mayo de 1945, la Alemania hitleriana se rinde
definitivamente ante las Tropas Aliadas. Quedaban atrás cruentos años de
guerra, con un saldo de más de 44 millones de muertos entre militares y civiles,
otros tantos de heridos y mutilados. Mucho más de la mitad de Europa devastada,
sin contar los extensos territorios de Asia afectados y los más de 6 millones
de muertos en esta zona.
Vale la pena recordar este acontecimiento, cuando en el
mundo muchas voces hablan de fascismo, sin que, la mayoría de las veces, sepan
en realidad en qué consiste esta ideología.
El fascismo es una ideología
y un movimiento político que surgió en la Europa de entreguerras (1918-1939). El término proviene
del italiano fascio (‘haz, fasces’), y
éste a su vez del latín fasces (plural de fascis). El fascismo
quería instaurar un corporativismo estatal totalitario
y una economía
dirigida por este, al tiempo que buscaba la sumisión de la razón a
la voluntad y la acción de un líder, todo sazonado con un nacionalismo
fuerte, de carácter victimista, lo que conducía inevitablemente a la violencia
contra los definidos enemigos, sustentado en la labor de un eficaz aparato de propaganda.
Inicialmente el fascismo desarrolló una mentalidad social interclasista. Benito
Mussolini definió de este modo su estado fascista: “El pueblo es el cuerpo
del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo. En la doctrina fascista, el
pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo.” Y agregó: “Todo en el
Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.”
El fascismo tuvo su
expresión cumbre en el nacionalsocialismo alemán, cuya base ideológica
sustentaba al Nationalsozialistiche Deutsche Arbeiter-Partei, NSDAP, aunque aumentada por un componente racista (contra los judíos).
La España Nacional, de Francisco Franco, fue un reducto del fascismo, aunque
aquí podemos mencionarlo como el nacionalcatolicismo español.
El líder Mao Ze Dong, envió una carta
abierta al pueblo y gobierno republicano español, el 15 de mayo de 1937, que
fue publicada en la página 3, del periódico “JIEFANG” (“Liberación”), en el
número 4, perteneciente a junio de ese año. En unos de sus párrafos se lee: “Es
una guerra no solamente por la supervivencia del pueblo español, sino para la
de todos los pueblos oprimidos del mundo, ya que el Gobierno republicano
español está resistiendo a los fascistas alemanes e italianos que destruyen la
cultura y la civilización mundial y la justicia de la humanidad y está, además,
luchando contra los traidores a la nación.” Más adelante, Mao escribió: “El
Gobierno y el pueblo español están luchando justamente contra los fascistas
alemanes e italianos que son precisamente los que están apoyando enérgicamente
al fascismo japonés que ataca a China en Extremo Oriente. Sin la ayuda del
fascismo alemán e italiano, el fascismo japonés no podría, como lo hace hoy,
atacar a China como un perro rabioso…”
Es curioso que muchos investigadores hayan definido a la
Gran Revolución Cultural, como un periodo francamente fascista, aunque en
realidad no hay mucho acuerdo en ello. Como tampoco lo existe con el período
estaliniano de la Unión Soviética y la presencia del temible Comisariado del Pueblo de Asuntos Interiores (NKVD), Lavrenti
Pablovich Beria.
Por otro lado, los cubanos no estuvimos exentos de esta
influencia en los años del auge nazi-fascista. El 8 de octubre de 1938
se constituyó en La Habana el Partido Nazi Cubano, inscrito el día 13,
con el expediente numero 10 262, en el Negociado de Asociaciones, Orden Público
y Elecciones. El proyecto de reglamento ya había sido aprobado por el gobierno
el 28 de septiembre de ese mismo año. Igualmente fueron reconocidos el Partido
Fascista Nacional, la Legión Nacional Revolucionaria Sindicalista y la Legión
Estudiantil de Cuba, organizaciones que surgieron de una base ideológica
netamente antisemita y anticomunista. Según
expresa Juan Chongo Leyva en su libro “El fracaso de Hitler en Cuba”,
el 27 de septiembre de 1940 fue cancelada por el Gobierno Provincial de
La Habana la inscripción del Partido Nazi Cubano.
Otro dato
interesante. El 19 de mayo de 1938, el presidente Federico Laredo Bru, otorgó
la Orden de Mérito Nacional "Carlos Manuel de Céspedes" al político y
diplomático alemán Joachin von Ribbentrop, quien en 1945 fuera juzgado en
Nuremberg y condenado a la pena de muerte por cometer crímenes contra la
humanidad.
Para finalizar por hoy quiero reproducir las 14 características del
fascismo, según el profesor Lawrence Britt, (publicadas en el artículo “The 14
Characteristics of Fascim”, Free Inquiry Magazine, Sprinbg 2003) y que he
tomado del interesante libro “El Apocalipsis según San George”, de Elides
Acosta Matos, Casa Editora Abril, 2005. Págs 388 y 389.)
-
Nacionalismo continuado y
poderoso.
-
Desdén por los Derechos Humanos,
producto del miedo a los enemigos y la necesidad de seguridad. el propio
pueblo, bajo los regímenes fascistas, llega a ser persuadido de que tales
derechos deben ser ignorados, cuando sea “necesario”.
-
Identificación de los enemigos, lo
que brinda pretextos para lograr la unidad de la causa.
-
Supremacía de los militares.
-
Sexismo rampante.
-
Control sobre los medios de
comunicación.
-
Obsesión por la Seguridad
Nacional.
-
Intervención de la religión por
parte del gobierno.
-
Protección del poder las
corporaciones.
-
Supresión del poder de los
sindicatos.
-
Desdén por las artes y los
intelectuales.
-
Obsesión por el crimen y su
correspondiente castigo.
-
Nepotismo y corrupción rampantes.
-
Elecciones fraudulentas.