Un mensaje de FRATERNIDAD

Desde los años 30 del Siglo XX, y hasta principios de los 60, en el Barrio Chino de La Habana se editó la Revista Bilingüe FRATERNIDAD, voz oficial de la Asociación de Detallistas del Comercio de la Colonia China de Cuba.
En el año 2000 se logró rescatar esta publicación, que ahora tuvo una vida demasiado efímera, aunque se logró publicar suficientes materiales relacionados con la historia, la cultura y la actualidad de la Comunidad China de Cuba.
Lamentablemente, en el 2006, volvió a desaparecer.
AHORA INTENTO RESCATAR EL ESPÍRITU DE CONFRATERNIDAD DE AQUELLA PUBLICACIÓN.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Desde el año 1994



El Mundial de Fútbol, (alegría para los fans de Alemania, decepción zurda para los de Brasil y Argentina), el verano, el calentamiento global y hasta la madre de los tomates, me impidieron durante los meses de junio y julio, dedicar tiempo a escribir, es decir, continuar lo iniciado con Ecos del Centenario. Ahora espero cumplir. Ahí voy.

Aunque la crisis mundial continúa, y nosotros los cubanos acostumbrados porque siempre estamos en crisis, dejar de reflejar algunos hechos de la historia del Barrio Chino habanero es imperdonable. Especialmente en lo que concierne al Grupo Promotor del Barrio Chino, por supuesto, ya desaparecido.

Las actividades del Grupo se iniciaron, muy irregularmente, en 1994, con la celebración de la primera Feria de Primavera de ese año, coincidiendo con el advenimiento del Año Nuevo Lunar chino. Reaparecieron muchos productos que solo quedaban como ofrenda ocasional al Dios del Fogón, en la intimidad de un hogar compuesto por chinos y sus descendientes.

Hasta las sociedades fraternales de origen chino, comenzaron un pestañeo, que las sacaba de su letargo involuntario. ¿Por qué se preguntará usted? Le respondo: durante los años 70 se produjo lo que algunos han dado en llamar enfriamiento en las relaciones entre Cuba y China, yo lo llamo distanciamiento y se debió a que nuestra bella nación se alineó con la ex Unión Soviética y tomó partido en la lucha ideológica entre aquellas dos naciones. En cuanto al Barrio y las sociedades, realmente casi se decreta su desaparición. Por suerte, llegaron los años 90 y aquí estamos.

Retomo mi tema principal. Muchas acciones fueron sentando las bases para lanzar al Grupo Promotor, aunque pasó por varias fases: Grupo de Estudios, Grupo de Estudios y Desarrollo, Sociedad Cultural, etc… Hasta que, en reunión del Consejo de la Administración Municipal de Centro Habana, realizada en la sociedad On Teng Tong, fue aprobada su constitución como entidad estatal, la primera autofinanciada. Ese fue el procedimiento inicial para que se convirtiera en empresa subordinada al gobierno de la entonces provincia de Ciudad de La Habana.

Este paso, necesario en las condiciones de aquel momento, significó por un lado un avance en la consecución de los objetivos del proyecto, pero por otro lado, liquidó el compromiso moral de los chinos y descendientes, tornándolos en obligación laboral. Ya no éramos un grupo con relaciones familiares, de hermandad, de sangre, sino empleados de una entidad estatal, con todos sus deberes y obligaciones.

Ya bajo estas condiciones, el naciente Grupo Promotor, fue recibiendo, con mucha reticencia y oposición, diversos inmuebles y espacios, como los ubicados en el Bulevar de Cuchillo, creado por la Empresa Provincial de Restaurantes en colaboración con la Embajada de la República Popular China en el año 1986 (los que ahora son los restaurantes de participación familiar), la sede de la Unión de Empresas de Materia Prima y actual Casa de Artes y Tradiciones, la antigua Empresa de Albergues de La Habana que fue inicialmente oficina principal y durante muchos años Casa del Abuelo Chino, (aunque ya fue ordenada su disolución y el traslado de los ancianos hacia un hogar en La Habana Vieja, lejos del Barrio). Más tarde, recibimos un antiguo edificio de oficinas del Comité Militar de Centro Habana, que fue designado para la sede oficial del Grupo y aún se mantiene como un nosequé.

Por ese tiempo, se mantenía la Feria Comercial de Cuchillo, sin condiciones higiénicas ni materiales, hasta que se le entregó un almacén desocupado en Zanja número 8, durante un breve tiempo, se situaron en un parqueo, en el centro de Rayo entre Cuchillo y Dragones. Tuve, si cabe la palabra, el placer de entrar a un enorme solar yermo, (lleno de hierbas y desechos porque los de muchas casas aledañas desembocaban ahí), de ser de los primeros en entrar a lo que ahora es llamada Ele de Cuchillo, que fue área comercial y ahora está cerrada nuevamente, solo que algo mas limpia.

El Grupo Promotor fue subiendo como la espuma, demasiado rápido, tan rápido que levantó urticaria. Llegó a tener tiendas de ropa y víveres, restaurantes, diversidad ofertas… Y comenzó a tener detractores.

Las cosas se fueron poniendo agrias. Se instauró la plantilla de cargos, tal y como debe ser en una empresa socialista cubana, los que ayer eran amigos, ya ahora serían jefe y subordinado… En resumen, se perdió la esencia, la raíz. Y árbol sin raíz, cae sin remedio.

De otros aspectos de este tema, comentaré en la próxima. ¿Cuándo? Le dejo en el misterio y la expectativa. Nos vemos en la red.