Un mensaje de FRATERNIDAD

Desde los años 30 del Siglo XX, y hasta principios de los 60, en el Barrio Chino de La Habana se editó la Revista Bilingüe FRATERNIDAD, voz oficial de la Asociación de Detallistas del Comercio de la Colonia China de Cuba.
En el año 2000 se logró rescatar esta publicación, que ahora tuvo una vida demasiado efímera, aunque se logró publicar suficientes materiales relacionados con la historia, la cultura y la actualidad de la Comunidad China de Cuba.
Lamentablemente, en el 2006, volvió a desaparecer.
AHORA INTENTO RESCATAR EL ESPÍRITU DE CONFRATERNIDAD DE AQUELLA PUBLICACIÓN.

viernes, 14 de febrero de 2014

Los chinos y el Amor



El 14 de febrero, día que los occidentales dedicamos al amor y para recordar a Valentín, (que antes de santo fue mártir de la Iglesia Católica), no significa mucho para los chinos tradicionalistas. ¿Por qué digo esto? Sencillamente porque las tradiciones chinas no contemplan esa adoración, claro que no significa que los chinos no amen, solo al ver las cifras de su población nos damos cuenta de cuánto aprecian el amor y lo que con él viene convoyado.

Para los chinos, el Día de los Enamorados es aquel en que se celebra el festival “Quixi”, en la séptima noche del séptimo mes del calendario lunar, lo que ocurre aproximadamente por el mes de agosto occidental. Esta es la Fiesta para pedir al Cielo habilidad y un buen Novio. (Muy rápido voy a hablar de su origen. Esta se dedica a la Tejedora del Palacio Celestial, que se enamoró de un vaquero joven y pobre, cuya única propiedad era un buey muy viejo. La Tejedora descendió a la Tierra en secreto y se casó con él. Pero la Reina Madre del Emperador de los Cielos se enteró y ordenó a uno de los dioses que la trajera de vuelta. El vaquero, con sus dos hijos persiguió al dios, pero no logró darle alcance, porque un río celestial se interpuso. Después, cada siete años, las urracas formaban un puente desde el Cielo a la Tierra y la Tejedora podía reunirse con su familia, solo por esa noche. En su honor se hace esta fiesta y las jóvenes casaderas compiten en enhebrar agujas, deseando la habilidad de la Tejedora y la suerte de un novio fiel y persistente.)

Al paso de los años, y con la modernización y apertura a Occidente, muchas cosas han cambiado entre los chinos, aunque, a decir verdad, no significan un cambio radical, sino más bien una adopción de nuevas tradiciones y hábitos. Es por ello que los enamorados pueden pasar horas de compras en los inmensos mercados que abundan en las ciudades chinas. Los varones, felices porque cargan con los bultos y ellas, muy felices, porque hacen del regateo de compra todo un arte secreto y místico. Personalmente no conozco a nadie que viajara a China y, pagara el primer precio que le propusieron por algún producto.

De cualquier modo, el amor es un sentimiento que siempre está presente en todas las culturas del mundo, por eso los chino cubanos, festejamos los días occidentales, y celebramos también todas las fechas tradicionales chinas. En resumen, hacemos fiesta doble.

Para terminar quiero reproducir un texto, muy breve, tomado del Libro del Tao:

“¿Qué amas más, la fama o tu persona?
¿Qué amas más, tu persona o tus riquezas?
¿Qué te hace más desdichado, ganar o perder?
Por eso aquel que desea demasiado, demasiado consume.
Aquel que más atesora, más pierde.
El hombre que se contenta, no padece desgracias.
El hombre que sabe detenerse evita el peligro,
siendo así su vida será larga.”