Un mensaje de FRATERNIDAD

Desde los años 30 del Siglo XX, y hasta principios de los 60, en el Barrio Chino de La Habana se editó la Revista Bilingüe FRATERNIDAD, voz oficial de la Asociación de Detallistas del Comercio de la Colonia China de Cuba.
En el año 2000 se logró rescatar esta publicación, que ahora tuvo una vida demasiado efímera, aunque se logró publicar suficientes materiales relacionados con la historia, la cultura y la actualidad de la Comunidad China de Cuba.
Lamentablemente, en el 2006, volvió a desaparecer.
AHORA INTENTO RESCATAR EL ESPÍRITU DE CONFRATERNIDAD DE AQUELLA PUBLICACIÓN.

martes, 22 de septiembre de 2015

Francisco en Cuba



Acostumbro a relacionar mis temas con la presencia china en Cuba y las relaciones con China.

Con los últimos acontecimientos ocurridos en nuestro país no puedo olvidar que en el gigante asiático hasta hace muy poco el Catolicismo estaba prohibido. Allí los fieles debían practicar en secreto y los sacerdotes ser ordenados en el más estricto silencio. Curiosamente uno de los cardenales más viejos del Vaticano fue, por años, chino, llamado Ignatius Gong Pinmei, nacido en Shanghái en 1901. El cardenal Kung fue nombrado in pectore, es decir “en el corazón del papa”, en 1979, cuando contaba 78 años de edad. Tenía al morir 98 años.

En la historia de la Iglesia católica, solo han existido siete cardenales chinos. John Tong Hon es el séptimo cardenal chino en la historia de la Iglesia, el tercer obispo de Hong Kong en recibir la púrpura. Por primera vez, tres chinos forman parte del Colegio Cardenalicio, además de él, están el cardenal salesiano Joseph Zen Ze-Kiun, su predecesor, y el jesuita Paul Shan Kuo-hsi, obispo emérito de Kaohsiung, Taiwán. Tong Hon fue el primer cardenal chino en participar en un Cónclave, en el año 2013, para elegir el sucesor de Benedicto XVI, el actual papa Francisco. Se dice que había un cardenal in pectore, nombrado por el papa Juan Pablo II en el año 2003, residente en China continental, pero el nombramiento expiró con la muerte del pontífice, ya que el nombre de ese supuesto cardenal nunca se hizo público. Lamentablemente no pude hallar los nombres de todos los cardenales chinos.

Ahora quiero reseñar mis impresiones de la visita de Francisco.

He visto tres Sumos Pontífices en Cuba, a los tres los he podido ver gracias a la televisión. Durante las visitas de San Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora Francisco, he seguido con atención sus palabras y sus actos. Disfruté las misas, aunque no soy católico pero sí bautizado, seguí atentamente las homilías y los consejos.

San Juan Pablo ya estaba muy afectado por sus dolencias cuando viajó a Cuba, su voz era entrecortada y de difícil comprensión, también a causa de la pronunciación, (recuérdese que era polaco) y muy, muy anciano. Algo similar sucedió con Benedicto XVI, (alemán), aunque mas apesumbrado por los escándalos de la Iglesia que por su salud. En ambos el mensaje se dirigió principalmente a la Fe.

Con Francisco ocurrió algo distinto. De hablar claro y directo, con acento argentino lo que lo hace mas gracioso, sin perder nunca la compostura y su aire de santidad. Es mas mundano, mas humano, mas sencillo. Puedo decir que pasó a menos de dos metros de mí, en su papamóvil claro está. Y es que a Francisco sí fui a verlo pasar por las calles de mi ciudad de La Habana, lo que no hice con los otros. Los siete segundos que duró su presencia me impactaron. Hice un video con el móvil pero en el instante mismo de su paso, su prestancia me impresionó y la cámara quedó descuidada.

Las palabras de Francisco, mas que llamar a la Fe, llaman a la Vida, a compartirla. No podré olvidar lo que expresó en el encuentro con los sacerdotes y monjas, cuando dejó a un lado la homilía prevista y se salió del guión para dar una lección de ética que ya quisieran muchos haber solo esbozado y no solamente al interior de su Iglesia. Su mensaje a cuidar a los ancianos porque son la memoria, no impide mantener la vista hacia delante, con los niños y jóvenes que son el futuro.

Para mí, la mayor enseñanza de su viaje, fue su llamado a soñar, a soñar en grande, a emprender el camino para realizar los sueños y, por muy agreste que sea, nunca perderlos. Como decimos en Cuba, soñar no cuesta, pero realizarlos sí. A eso se refería nuestro Apóstol de la Independencia cuando afirmó que a las estrellas no se llega por caminos llanos. Esos momentos, cuando mas duro es el camino, mas necesitamos la mano fuerte que posee la familia, la que nunca debe dejarse a un lado y nunca debe separarnos.

Eso siempre enseño a mis hijos: la familia es la summa, lo mas importante. Nunca nos abandones.

Nota: la imágencorrespondiente a Shanghai, 1952, fue tomada de The Catholic Word Report (http://www.catholicworldreport.com/Content/Site140/Articles/12_01_2012/1820frmccarthyb_00000001088.jpg)