Un mensaje de FRATERNIDAD

Desde los años 30 del Siglo XX, y hasta principios de los 60, en el Barrio Chino de La Habana se editó la Revista Bilingüe FRATERNIDAD, voz oficial de la Asociación de Detallistas del Comercio de la Colonia China de Cuba.
En el año 2000 se logró rescatar esta publicación, que ahora tuvo una vida demasiado efímera, aunque se logró publicar suficientes materiales relacionados con la historia, la cultura y la actualidad de la Comunidad China de Cuba.
Lamentablemente, en el 2006, volvió a desaparecer.
AHORA INTENTO RESCATAR EL ESPÍRITU DE CONFRATERNIDAD DE AQUELLA PUBLICACIÓN.

jueves, 21 de agosto de 2014

Radio Cubana: 92 años y seguimos haciendo arte



El patriota mambí y director de orquesta, capitán Luis Casas Romero, vivía en la calle Animas, entre Manrique y San Nicolás, en lo que ahora es el municipio de Centro Habana. La azotea de la casona servía de taller a su hijo, otro Luis Casas, pero éste con apellido Rodríguez, un ingeniero muy joven y con ideas avanzadas, muchas de ellas sugeridas por su padre.

El 22 de agosto de 1922, segundos antes del tradicional cañonazo desde la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, desde aquella azotea, se emitieron las primeras ondas de la radiodifusión de Cuba, aunque realmente solo unos pocos amigos de Luis Casas, y con equipos muy primitivos lograron captar la señal de una trompeta, conocer la hora, pudieron saber que la noche sería esplendida y escucharon, de un disco de metal en un, en ese entonces, nuevo fonógrafo, la pieza El mambí, composición de Luis Casas el padre insurrecto devenido compositor y director de la Banda de Música del Ejército Constitucional. La primera voz en escucharse perteneció a una bella mujer cubana, Zoila Casas Romero, quien tuvo también en honor de ser la primera narradora de cuentos infantiles en la Radio Cubana, en el año 1923. Posiblemente también lo fuera de América toda.

Pocos días antes, en la ciudad de Pittsburg, en Estados Unidos, había salido al aire la primera emisora comercial, es decir, para el público y con programas variados. Los Casas no querían quedarse atrás y dieron el primer paso de esta historia que ya cuenta 92 años.

La plantica de los Casas emitía con el indicativo 2LC, pues eran aficionados a la Radiotelefonía. Un tiempo después cambiarían ese indicativo por el de C.O.C, al que agregarían otra O.

Los Casas fueron protagonistas excepcionales, pues la Cuban Telephone Company los contrató para montar la primera emisora oficial de Cuba, la PWX, inaugurada el 10 de Octubre de 1922 por el presidente Alfredo Zayas. La PWX radiaba desde el imponente edificio de Águila y Dragones. Luis Casas Rodríguez fue ingeniero principal y Luis Casas Romero, director de la orquesta y creativo. Durante un tiempo, la PWX cedía sus frecuencias a la 2LC, cesando en ese momento sus transmisiones, retomadas después de la medianoche.

Pero hablar de los albores de la Radio en Cuba obliga a mencionar otro pionero, el asturiano residente en Caibarién, Manuel Álvarez, conocido por Manolín, que comenzó sus transmisiones con el indicativo 6 EV, solo pocos días después de los Casas y de forma totalmente independiente.

La historia de la Radio Cubana aún se está escribiendo y los chinos de Cuba hemos tenido una indiscutible presencia pues en las décadas de esplendor de nuestra Comunidad, hubo decenas de programas, muchos de ellos bilingües y yo, me siento orgulloso, porque en los años 50, un primo lejano mío, llamado Ángel Hun Jam, ponía su voz al Noticiero Chino de la COCO, de Guido García Inclán y era pagado por el Jabón Candado, de Crusellas y Cía. Hun Jam era afiliado a Chee Kun Tong y fue durante muchos años editor jefe del diario Hoy Men Kong Po, de esa sociedad, mas tarde dirigió otro diario chino, el Wah Man Sion Po, hasta su disolución en 1960. (Los invito a ver http://chinosdecuba.blogspot.com/2010/09/los-chinos-en-la-radio-cubana.html)

Y me disculpan esta disgregación del tema del Barrio Chino y el Grupo Promotor, pero la Radio me da de comer (no mucho) y es la esencia de mi vida durante casi 28 de mis 54 años. Bye, nos vemos.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Desde el año 1994



El Mundial de Fútbol, (alegría para los fans de Alemania, decepción zurda para los de Brasil y Argentina), el verano, el calentamiento global y hasta la madre de los tomates, me impidieron durante los meses de junio y julio, dedicar tiempo a escribir, es decir, continuar lo iniciado con Ecos del Centenario. Ahora espero cumplir. Ahí voy.

Aunque la crisis mundial continúa, y nosotros los cubanos acostumbrados porque siempre estamos en crisis, dejar de reflejar algunos hechos de la historia del Barrio Chino habanero es imperdonable. Especialmente en lo que concierne al Grupo Promotor del Barrio Chino, por supuesto, ya desaparecido.

Las actividades del Grupo se iniciaron, muy irregularmente, en 1994, con la celebración de la primera Feria de Primavera de ese año, coincidiendo con el advenimiento del Año Nuevo Lunar chino. Reaparecieron muchos productos que solo quedaban como ofrenda ocasional al Dios del Fogón, en la intimidad de un hogar compuesto por chinos y sus descendientes.

Hasta las sociedades fraternales de origen chino, comenzaron un pestañeo, que las sacaba de su letargo involuntario. ¿Por qué se preguntará usted? Le respondo: durante los años 70 se produjo lo que algunos han dado en llamar enfriamiento en las relaciones entre Cuba y China, yo lo llamo distanciamiento y se debió a que nuestra bella nación se alineó con la ex Unión Soviética y tomó partido en la lucha ideológica entre aquellas dos naciones. En cuanto al Barrio y las sociedades, realmente casi se decreta su desaparición. Por suerte, llegaron los años 90 y aquí estamos.

Retomo mi tema principal. Muchas acciones fueron sentando las bases para lanzar al Grupo Promotor, aunque pasó por varias fases: Grupo de Estudios, Grupo de Estudios y Desarrollo, Sociedad Cultural, etc… Hasta que, en reunión del Consejo de la Administración Municipal de Centro Habana, realizada en la sociedad On Teng Tong, fue aprobada su constitución como entidad estatal, la primera autofinanciada. Ese fue el procedimiento inicial para que se convirtiera en empresa subordinada al gobierno de la entonces provincia de Ciudad de La Habana.

Este paso, necesario en las condiciones de aquel momento, significó por un lado un avance en la consecución de los objetivos del proyecto, pero por otro lado, liquidó el compromiso moral de los chinos y descendientes, tornándolos en obligación laboral. Ya no éramos un grupo con relaciones familiares, de hermandad, de sangre, sino empleados de una entidad estatal, con todos sus deberes y obligaciones.

Ya bajo estas condiciones, el naciente Grupo Promotor, fue recibiendo, con mucha reticencia y oposición, diversos inmuebles y espacios, como los ubicados en el Bulevar de Cuchillo, creado por la Empresa Provincial de Restaurantes en colaboración con la Embajada de la República Popular China en el año 1986 (los que ahora son los restaurantes de participación familiar), la sede de la Unión de Empresas de Materia Prima y actual Casa de Artes y Tradiciones, la antigua Empresa de Albergues de La Habana que fue inicialmente oficina principal y durante muchos años Casa del Abuelo Chino, (aunque ya fue ordenada su disolución y el traslado de los ancianos hacia un hogar en La Habana Vieja, lejos del Barrio). Más tarde, recibimos un antiguo edificio de oficinas del Comité Militar de Centro Habana, que fue designado para la sede oficial del Grupo y aún se mantiene como un nosequé.

Por ese tiempo, se mantenía la Feria Comercial de Cuchillo, sin condiciones higiénicas ni materiales, hasta que se le entregó un almacén desocupado en Zanja número 8, durante un breve tiempo, se situaron en un parqueo, en el centro de Rayo entre Cuchillo y Dragones. Tuve, si cabe la palabra, el placer de entrar a un enorme solar yermo, (lleno de hierbas y desechos porque los de muchas casas aledañas desembocaban ahí), de ser de los primeros en entrar a lo que ahora es llamada Ele de Cuchillo, que fue área comercial y ahora está cerrada nuevamente, solo que algo mas limpia.

El Grupo Promotor fue subiendo como la espuma, demasiado rápido, tan rápido que levantó urticaria. Llegó a tener tiendas de ropa y víveres, restaurantes, diversidad ofertas… Y comenzó a tener detractores.

Las cosas se fueron poniendo agrias. Se instauró la plantilla de cargos, tal y como debe ser en una empresa socialista cubana, los que ayer eran amigos, ya ahora serían jefe y subordinado… En resumen, se perdió la esencia, la raíz. Y árbol sin raíz, cae sin remedio.

De otros aspectos de este tema, comentaré en la próxima. ¿Cuándo? Le dejo en el misterio y la expectativa. Nos vemos en la red.