Un mensaje de FRATERNIDAD

Desde los años 30 del Siglo XX, y hasta principios de los 60, en el Barrio Chino de La Habana se editó la Revista Bilingüe FRATERNIDAD, voz oficial de la Asociación de Detallistas del Comercio de la Colonia China de Cuba.
En el año 2000 se logró rescatar esta publicación, que ahora tuvo una vida demasiado efímera, aunque se logró publicar suficientes materiales relacionados con la historia, la cultura y la actualidad de la Comunidad China de Cuba.
Lamentablemente, en el 2006, volvió a desaparecer.
AHORA INTENTO RESCATAR EL ESPÍRITU DE CONFRATERNIDAD DE AQUELLA PUBLICACIÓN.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Kuang Kung, protector ancestral.

(Esta entrevista a cuatro manos, junto con Yudelsis Longchong, fue uno de los artículos publicados en Fraternidad. Ya Alejandro Chiu, Chiu Yee, no está con nosotros, pero sabemos que nos cuida desde allí donde ahora está.)

Los chinos, como pueblo de cultura milenaria, han mantenido un complejo sistema de creencias y cultos, la mayoría de los cuales emigraron a ultramar no solo en los breves bultos de viaje, sino también en el corazón y los sueños. Pero no siempre estas creencias fueron comprendidas por otros pueblos: se crearon mitos y leyendas en torno a ellas, potenciadas por el hermetismo y la desconfianza natural de los chinos emigrantes y la dificultad de entendimiento ante las barreras del idioma.

En Cuba, este proceso ocurrió de igual modo, sazonado con la variedad de tradiciones mágico-religiosas que conforman nuestra nacionalidad mestiza: “aquí el que no tiene de congo, tiene de carabalí.” Investigadores de altísimo prestigio como Lydia Cabrera o José Baltar Rodríguez no pasaron por alto esta situación. En “El Monte”, Cabrera escribe:
“... la magia de los chinos se reputa como la peor y la mas fuerte de todas, y al decir de nuestros negros, solo otro chino sería capaz de destruirla. Y aquí nos encontramos con algo terrible: ¡Ningún chino deshace el maleficio, la morubba, que ha lanzado un compatriota!” (1)

Las cualidades humanas, morales y la creencia en esta magia poderosa de los chinos, hizo que para muchos seguidores de la Regla de Palo Monte fuera muy importante poseer cráneos o huesos de algún muerto chino, pues le daba potencia su prenda o nganga. Y esa imagen de poderes ocultos se extendió al resto de los cubanos, enriquecida por la imaginería popular y por eso surgen frases como la de “tener un chino atrás” como sinónimo de grandes desgracias y mala suerte. Por supuesto que los comerciantes avispados rápidamente se dieron cuenta del filón de oro que representaban estas creencias y comenzaron a producir estampas y rezos a un misterioso y poderoso santo de toda China. Al mismo tiempo, muchos chinos inmigrantes y especialmente los descendientes mestizos, comenzaron a integrarse a los diferentes cultos criollos, como las Reglas de Ocha, Palo Monte y la Sociedad Secreta Abakuá, al punto que se comenta que en la provincia de Matanzas llegó a existir un plante completo formado por abanekues chinos.

Y en este proceso de sincretismo es que surge la figura de San Fan Cun, producto de la simbiosis cubana del Shangó africano, la Santa Bárbara católica y el mítico general Kuan, es en esencia, uno de los resultados de la existencia no solo de la Comunidad China en Cuba sino también de nuestro Barrio.
Y para conocer de primera mano la historia que sustenta la leyenda del culto al antepasado Kuan Kong, visitamos la Sociedad Lung Kong. En su sede de la calle de los Dragones, en el corazón del Barrio Chino, pudimos conversar con Alejandro Chiu (Chiu Yee), su presidente y con Leandro Pérez Asión (Chiu Pan), tesorero, ellos amablemente recibieron a Fraternidad.

Fraternidad: ¿Cuándo surge la leyenda de Kuan Kong.

ALEJANDRO: En Cuba se le llama San Fan Cun, pero en China es Kuan Kung. Es un personaje real que surgió hace mas de mil años. Es muy famoso en el mundo entero porque donde quiera que haya chinos existe Kuan Kung. Fue un guerrero que dedicó toda su vida a luchar por el bienestar de su reino, porque el surgió en el periodo de decadencia de la dinastía Han, como 220 años antes de Cristo. Fue además un gran amigo y un excelente compañero, en una ocasión debió cuidar la reputación de la esposa de un amigo, Lao Pei, y pernoctó con ella en una habitación cerrada durante varias noches, resistiendo a la tentación y a las provocaciones de la liviana. Ha inspirado muchas novelas y libros por su valor y su valentía. Poco a poco el pueblo lo fue viendo como un santo, aunque en realidad es como un antepasado, un progenitor que se respeta y ama.

Fraternidad: El llamado “Juramento del Jardín de los Melocotones” hermanó a tres héroes legendarios, quiénes fueron y en que consistió el juramento, qué pasó después.

LEANDRO: El Juramento de la Loma del Dragón, (Lung Kong) del Jardín de los Melocotones o Duraznos, como también de le dice, fue la declaración de tres grandes amigos, Lao Pei, Kuan Yu y Chiong Fei, en la que juraban ser hermanos en todas las facetas de la vida, peligros, adversidad, guerra, amor, fortuna y sobre todo, servir al Emperador y al pueblo sencillo. Mas tarde se unió a este pacto Chiu Chi Lung, un amigo de Lao Pei que era muy joven pero muy serio y responsable. Ellos fueron siempre fueron fieles a su palabra y eso es un reto muy grande para todos los chinos y sus descendientes: hay que cumplir la palabra que se empeña aunque se pierda la vida o la fortuna. Ese es el mensaje que nos trasmite la leyenda de Kuan Kung: fidelidad ante todo.

El respeto a la tradición de aquellos cuatro amigos y hermanos es el sentido de nuestra sociedad Lung Kong: hermandad, ayuda mutua, no abandonar nunca a los ancianos y enfermos. Estos principios respetan siempre el espíritu desinteresado de Kuan Yu, quien fuera decapitado por los enemigos del Emperador, pero que nunca traicionó ni su causa ni a sus amigos y hermanos.

Fraternidad: ¿Cuáles son los atributos de Kuan Kong?

ALEJANDRO: Uno de los mas importantes elementos de Kun Kung es su machete con lanza, el llamado Kuan Tou, es un arma pesada y difícil de manejar. Como un hombre adulto y respetable en China tiene barba larga y negra y su cara es de color rojo púrpura, que no solo significa la vida sino también el valor, la lealtad y la fidelidad. Otra cualidad es que siempre está leyendo un libro, es un libro sobre artes de guerra pero también representa la filosofía y el conocimiento. Kuan Kung tiene un símbolo de guerra y un símbolo de saber, lo que distingue a los grandes hombres.
Algo que nunca puede faltar es el sello que lo identifica, lo que hace verdadera y firme su palabra. Es como un cuño que hace fe.

Según algunos investigadores, este color rojo en el rostro de Kuan Kong permitió la simbiosis con Shangó y con Santa Bárbara, santos guerreros también, entre cuyos atributos se cuentan espadas, castillos y palacios. Por ejemplo, el arma predilecta de Kung Kung, el Kuan Tou, es similar a la espada de Shangó, aunque esta última no tiene asta. También el modo de realizar el culto influyó en la creencia de que Kuan Kung era un poderoso santo chino. Lo curioso es que el nombre de San Fan Cun no es conocido en China ni en ninguna de las otras Comunidades de Ultramar, según refiere José Baltar Rodríguez en su obra “Los chinos de Cuba. Apuntes etnográficos.” (2)

Fraternidad: ¿Cómo se desarrolla el ritual de veneración?

LEANDRO: No es exactamente un ritual de veneración sino una conversación amistosa con un familiar que ya murió. Pero hay reglas que respetar. Se llega y se hacen las tres inclinaciones, mirando al suelo, en saludo a los cuatro próceres, cuatro ancestros que llegan hasta nosotros como parientes fallecidos que le concedieron honor a nuestras familias. Se les enciende incienso y se colocan a los pebeteros y se les invoca, entonces es cuando le expresamos el motivo de nuestra presencia: una petición, una consulta o sencillamente rendir honores. La despedida es con mucho amor y respeto, pidiendo siempre salud y bienestar, y entonces se hace una sola inclinación.

Estas formas de venerar hizo pensar en un culto religioso dedicado a un poderoso santo, en realidad al bajar la cabeza se mira de frente al Dios de la Tierra. Pero el culto no es nada sin un altar, un sitio de veneración que signifique todo el conjunto de creencias y recordaciones, acordes con las tradiciones y la leyenda que lo sustenta. En la Sociedad Lung Kong existe uno que posee además de su alto valor artístico y ceremonial, cualidades museables.

Fraternidad: ¿Cuándo y cómo llega este altar a Cuba.
ALEJANDRO: El altar llega a Cuba, mas o menos, unos 33 años antes de la abdicación del último emperador, Pu Yi, ocurrida en 1911, es decir, por el años 1878 cuando ya se gestaba la creación de las primeras sociedades chinas en Cuba. Aunque no hay una fecha exacta que se conozca sabemos que se trajo para la inauguración de esta sociedad, ocurrida el 4 de abril de 1900, en conmemoración del juramento de nuestros próceres realizado un 4 de abril. Es un altar de caoba y mármol con características especiales pues imita al cielo con nubes y también a las vetas de la madera. Tiene una pieza de miniaturas en bloque, con mas de mil imágenes y todas ellas en diferentes planos realizadas en una sola pieza de madera preciosa, no tiene ni clavos ni cola, es ensamblada al detalle. Representa diferentes pasajes de la vida de los cuatro fundadores. Su valor es incalculable.

Fraternidad: ¿De qué modo se realiza la consulta con el antepasado.

LEANDRO: Existe un par de piezas de madera a imitación de riñones, el Kau Puiy, que permite preguntar y obtener una respuesta monosilábica de si, no y tal vez. También existe el cubo de cien palillos de bambú, que permite conocer casi todos los aspectos de la vida diaria en una especie de predicción. Pero antes de utilizar los palillos hay que preguntar si los ancestros están dispuestos a concedernos el privilegio de avizorar el futuro. Pero reitero, no tiene nada que ver con el horóscopo ni con la religión.

Los asociados a Lung Kong no solo asisten a venerar a Kuan Kong en las fechas importantes de la Sociedad o en el nacimiento de los fundadores Lao Pei, Kuan Yu, Chiong Fei y Chiu Chi Lung, también acuden en los días previos al Nuevo Año Lunar y la Fiesta de la Primavera para pedir salud y prosperidad.

Y ese es nuestro voto para los lectores de Fraternidad: Salud y prosperidad.

(1) Lydia Cabrera, El Monte, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1989, pág 33.
(2) José Baltar Rodríguez, “Los chinos de Cuba, Apuntes etnográficos” Ciudad de La Habana, 1997, Fundación Fernando Ortiz, pág 182.

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