Rufino Alay Chang (Tang Kuok Sen) dejó su huella en la historia del Barrio Chino. Su herencia es una familia que hoy prestigia nuestra Comunidad y el hacer del Grupo Promotor: la familia Alay Jo, ejemplo de dedicación a las artes y a las tradiciones. Del fundador de esta dinastía, vamos a hablar brevemente.
Nació el 12 de marzo de 1928, hijo de dos inmigrantes que llevaban varios años en Cuba. Recibió como enseñanza, la lealtad, el valor, el apego a las causas nobles y la lucha contra la injusticia. Su primer idioma, el que le arrullaba con la palabra materna, fue el cantonés, en 1936 que comienza a estudiarlo en el Colegio Chung Wah de la Colonia China. Dos años mas tarde, con solo 10 años, da sus primeros pasos en el complejo y misterioso mundo de las artes marciales, llevado por un tío a la Sociedad de Cultura Física Chi Mut Hai Yut Wut. En esta escuela estuvo bajo la guía de uno de los fundadores y principales maestros, el Sifu Wong Kei.
La Danza del León siempre fue atributo de las sociedades deportivas; es muy exigente con sus practicantes desde el punto de vista físico, requiere conocimientos de artes marciales. Rufino, como descendiente respetuoso de la cultura de sus padres, participó en estas actividades, como miembro de Hai Yut Wut, en las celebraciones por el Año Nuevo Lunar y la Fiesta de la Primavera, actos en los que la Colonia China hacía patente su elevada cultura y mantenía vivo el recuerdo de la lejana Patria.
Como joven de su tiempo no podía quedar al margen de la lucha antibatistiana, inspirado en el ejemplo de su padre, Felipe Alay, comerciante de víveres, que fue encarcelado y a punto de ser expulsado del país cuando el machadato. Al triunfo de la Revolución, Rufino integró la Milicia del Sindicato de Víveres y Detallistas del Comercio y fue uno de los organizadores de la Milicia China Brigada José Wong dentro de la Colonia. Tuvo el honor de izar, por primera vez en Cuba, la bandera roja con cinco estrellas de la República Popular China, en el momento de intervenir el Casino Chung Wah, el 10 de Octubre de 1960. La bandera había sido confeccionada por el sastre chino Alfonso Bu, (cosía el vestuario de los artistas de la ópera china), que tenía su taller en la calle Cuchillo.
Unos años mas tarde, ingresa a las FAR y al MININT, y como amante de las artes marciales y consciente de la necesidad de defender las conquistas del pueblo cubano, transmite sus conocimientos con un grupo de combatientes, los primeros sin ascendencia china que practicaron estas artes, germen de la Escuela Cubana de Karate Do.
Era un chofer extremadamente cuidadoso, siempre iba por la derecha de la vía y jamás la velocidad del auto sobrepasaba los 50 kilómetros por hora, hasta en las carreteras. Una anécdota: en un momento en que iba con su familia en el auto, un ford si mal no recuerdo, y en un cruce de calles otro conductor intenta “cañonearlo”. Él, imperturbable, mantiene la velocidad y su ubicación en la senda, el otro le interpela: “!Chino, comem…!”, detiene el auto, por supuesto bloquea la vía, y se desmonta, el otro hace lo propio y resulta un negro enorme y fuerte. Viene dispuesto de guapear, a comerse el mundo, pero… Rufino sin titubear, comienza una especie de baile, una demostración ágil, sencilla, decidida y convincente, de movimientos de wushu kungfu al tiempo que le dice: “!Ven! !Entra…! Si entras, no sales… Y si sales… !No sales vivo…!” El otro hombre lo miró asombrado, se queda muy quieto y después de varios segundos, va presto hacia su auto y al cerrar la puerta dice: “Oye, chino, deja eso pa’ otro día…” Dio marcha atrás y se perdió. Le gustaba hacer cuentos y los apoyaba con una amplísima gama de efectos vocales,( si hablaba de una maquinaria, imitaba su sonido). También era un apasionado del ajedrez. En una ocasión, mientras me creía émulo de Capablanca, me invitó a una partida breve, demasiado breve para mi orgullo personal: duró dos minutos y cuatro movimientos. (Jamás he olvidado el Mate Pastor.)
En Rufino se desmiente la creencia de que todos los chinos saben cocinar: los días en que se decidía a hacerlo, cocinaba los tomates, el arroz quedaba duro y las latas aportaban la mejor sazón. Aunque no era un hombre de hogar, supo educar a sus hijos rectamente y a valorar la verdad y la honestidad.
A lo largo de 40 años, se dedicó con pasión a la práctica de las artes marciales chinas y además conoció técnicas de Jiu Jitsu, Aikido, Judo, Lucha, Boxeo… Pocas veces hablaba de sus conocimientos y nunca de su trabajo, pues sabía que el secreto y la discreción son armas poderosas. Pero si veía que sus hijos o algún amigo de ellos hacía un movimiento mal o su posición de prácticas era endeble, entonces, con muy pocas palabras, aconsejaba.
Muchos fueron los reconocimientos que recibió, ya convertido en el Maestro Alay, entre ellos las medallas “XX Aniversario” de las FAR, el MININT y el Moncada, y la Distinción por los 20 años en la Seguridad del Estado. Falleció el 2 de julio de 1985.
Estuvo casado con Rosa Jo (Jo Mei Chao) y tuvieron cinco hijos, todos han practicado artes marciales. El mayor, Jorge es capitán de fragata (r), Ernesto, el mas pequeño fue el primer niño cubano que obtuvo el cinturón verde en karate do y su hijo Su Kiong es todo una institución en las artes marciales de los infantes, Carlos, el tercero, ha creado una familia muy apegada a las tradiciones. Carlos y Ernesto tienen el honor de haber participado en el rescate de la Danza del León, un evento cultural de suma importancia para la Comunidad por haber sido la primera actividad revitalizada de la cultura de los chinos en Cuba, hecho ocurrido el 19 de octubre del año 1983, por lo que muy pronto celebraremos el 20 aniversario. Mayrin, nieta de Rufino e hija de Carlos, fue seleccionada entre las diez atletas juveniles mas destacadas del año 2001en nuestro país, por sus dos medallas de oro y una de plata en la Primera Conferencia Mundial de Tai Chi para la Salud y la Longevidad, en la isla de Hainán en ese año y en la segunda edición, en la provincia de Henán logró tres de plata. Y no es todo: tres miembros de esta familia son profesores de idioma en el Barrio: Jorge, América, la única hembra y el nieto Sochi, que estudió durante tres años en China.
La Asociación Cubana de WuShu KungFu le rinde permanente homenaje y trabaja activamente para mantener vivo el recuerdo de este hombre, uno de los pilares de nuestra Comunidad China de Cuba.
Un mensaje de FRATERNIDAD
Desde los años 30 del Siglo XX, y hasta principios de los 60, en el Barrio Chino de La Habana se editó la Revista Bilingüe FRATERNIDAD, voz oficial de la Asociación de Detallistas del Comercio de la Colonia China de Cuba.
En el año 2000 se logró rescatar esta publicación, que ahora tuvo una vida demasiado efímera, aunque se logró publicar suficientes materiales relacionados con la historia, la cultura y la actualidad de la Comunidad China de Cuba.
Lamentablemente, en el 2006, volvió a desaparecer.
AHORA INTENTO RESCATAR EL ESPÍRITU DE CONFRATERNIDAD DE AQUELLA PUBLICACIÓN.
En el año 2000 se logró rescatar esta publicación, que ahora tuvo una vida demasiado efímera, aunque se logró publicar suficientes materiales relacionados con la historia, la cultura y la actualidad de la Comunidad China de Cuba.
Lamentablemente, en el 2006, volvió a desaparecer.
AHORA INTENTO RESCATAR EL ESPÍRITU DE CONFRATERNIDAD DE AQUELLA PUBLICACIÓN.
Fue un gran hombre .amaba el deporte la justicia.la familia defensor de la humanidad.epd..mi querido primo..cary...no lo olvidaré.....amen....
ResponderEliminarCon todo respeto hay impresiones en fechas de inicios de las prácticas en el arte marcial, si nació en 1928 no pudo empezar a los 10 años dado a que iniciaría en 1938, fecha en que aún su primer maestro en la Chi Mut Hai Yut Mut fue Wong Kei, y la historia refiere que este maestro que si era reconocido oficialmente comenzó a dar sus enseñanzas en Cuba en el año 1940, en dicha primera sociedad China dedicada a las artes marciales en el barrio chino de la Habana. Por tanto se inició a los 12 años en ves de a los 10 años. También existen otros chinos que aprendieron de Wong Kei y Mokamsen. Gracias por su interés en dar a conocer historias muy interesantes del desarrollo de las artes marciales chinas en Cuba. Se que la familia Alay se dedicó mucho a las artes Japonesas, de hecho hay un libro de Raúl Rizo que habla de Ernesto Alay y su fuerte pasión por el karate Joshimon y no es hasta 1995 que profundizan los hijos de Rufino Alay, Carlos y Ernesto, en las artes marciales del sur de China, através del reconocido maestro chino que crea la primera Academia China de artes marciales después de 1959 en Cuba, la "Wong Yi Man" y específicamente muy pocos se vincularón a éstas practicas en Cuba. Sólo debemos recordar que el barrio chino quedo a puertas muy cerradas y con pocos chinos originarios. Este vuelve a renacer en estas prácticas después de tantos años, donde esta cultura se perdió dentro de sus sociedades cerradas y los pocos descendientes interesados en dichas actividades.
ResponderEliminarWong Yi Man y 16 instructores formados por él reviven el Kong fu a pesar de que antes de llegar este maestro en 1995 algunos de estos practicaban discretamente con aquellos que fueron enseñados por los maestros de antes de 1959 y se mantuvieron vinculados en el silencio. Con la apertura de Cuba en la reconstrucción del barrio chino se vuelve con la Wong Yi Mang en la Ming Chi Tang a reabrir antes de Roberto Vargas Le las actividades de artes marciales en este barrio Chino de la Habana. Me gusta la historia y soy investigador gracia. 🙏☯️👍🏻